jueves, 28 de octubre de 2010

Los "ninis" del gobierno mexicano

Rafael Isàs



Para cualquier ciudadano observador que se atreva a visitar alguna de las vàstisimas zonas marginales que existen en toda ciudad del paìs, lograrà identificar gran nùmero de adolescentes y jòvenes adultos que ni trabajan, ni estudian. Los coloquialmente llamados "ninis".

Dejados a su suerte, sin esperanzas de construir un futuro de forma digna, son fàcil presa del crimen organizado, tanto como consumidores, como vendedores de droga al menudeo.

En estas zonas de muy bajo nivel socioeconòmico, la vigilancia es pràcticamente nula, ni por asomo se distingue la presencia de algùn polìcìa, y sì se llega a dar el caso, se les ve platicando amenamente con los grupos de muchachos.

En estos ùltimos dìas la opiniòn pùblica ha sido enterada de docenas de ejecuciones donde se involucran a jovenes. Voces destacadas, como la del rector de la UNAM, Don Josè Narro, han protestado agudamente frente a estas barbaridades.

Los que han estudiado el tema de las mafias en lugares como Rusia, Ucrania, Colombia e Italia, han alertado que Mèxico ha seguido un rumbo similar, pero aùn no se ven en nuestro paìs casos extremos de ataques terroristas. Sin embargo, Hillary Clinton, y otros analistas del Pentàgono, han señalado que en Mèxico estàn presentes ya grupos terroristas con fines de insurgencia. Primera vez que estos tèrminos se utilizan para definir el caso de nuestro paìs.

Por ello, cuando se escucha al presidente Calderòn decir que los Estados Unidos son los responsables por el problema del narcotràfico, o que debe de darse un debate para determinar si se debe o no legalizar la marihuana, uno no sabe si reìr o angustiarse aùn màs, segùn lo han tambièn afirmado corresponsales de la prensa extranjera que han entrevistado en estos dìas al funcionario.

Un reflejo de la problemàtica de fondo que sucede en Mèxico es que recientemente tres calificadoras internacionales distintas nos han reprobado en materia de honestidad, vida democràtica y prosperidad de la poblaciòn. Pero, ante esta montaña de evidencias, pues las calificadoras analizan un cùmulo de indicadores selectos, algùn Secretario de Estado del gobierno federal sòlo atinò a decir que "esas eran sòlo apreciaciones externas".

Mientras el gobierno en turno no reconozca que el mayor problema que se tiene es la corrupciòn en sus propias filas, no se van a aplicar soluciones de fondo. De hecho, estudios recientes de especialistas han calculado que 71% de los un poco màs de 2,000 gobiernos municipales que existen en Mèxico estàn penetrados por el narcotràfico en diversos grados. Esa estimaciòn contrasta con la cifra optimista que diò otro Secretario, la cual la ubicaba en sòlo el 20%.

Otro dato que da cuenta de la problemàtica interna que tiene el gobierno es que en los ùltimos diez años, han desertado alrededor de 100,000 soldados, que equivalen a la mitad de efectivos que forman la fuerza actual del ejèrcito. Por si fuera poco, cada año se generan màs de 1,000 denuncias en las distintas oficinas regionales de la Comisiòn Nacional de Derechos Humanos en contra de las fuerzas armadas, por delitos de abusos, despojos, violaciones y hasta lesiones y asesinatos a civiles. Inclusive, los noticiarios han dado cuenta de generales -el màs alto rango del ejèrcito - que han sido acusados de estar colaborando con bandas ilegales.

Bajo ese contexto, ¿còmo, entonces, el presidente de la repùblica pretende tranquilizar a la poblaciòn con la idea de contar con una sola polìcia centralizada? Es decir, como si todo el problema se redujera a dar màs balazos que los càrteles.

Desde hace varios años, estudiosos del tema han venido recomendando una reforma integral del Estado Mexicano, pues la forma en que està organizado el paìs no garantiza la plena democracia, empezando por el procedimiento que se sigue para designar en secreto la lista de candidatos de cada partido, y que de ahì el ciudadano no tenga otra opciòn màs que votar por alguien que ni siquiera conoce.

La particiapciòn del ciudadano en las decisiones que màs le afectan està complementamente acotada. Esa deficiencia institucional ha dado lugar a que se haya desatado la corrupciòn y la impunidad en gran escala.

Finalmente, en materia econòmica mucho se ha demostrado la inoperancia del modelo econòmico adoptado desde los tiempos de Salinas de Gortari, pero el grupo en el poder ha antepuesto oìdos sordos y continùan aplicando polìticas que tienen sumido al paìs en el estancamiento, no generando suficiente inversiòn productiva y fuentes de empleo, haciendo al paìs cada vez màs dependiente y màs vulnerable del exterior. La debilidad del mercado interno es ya crònica.

En la jerga acadèmica mundial se maneja mucho el concepto de estado fallido, para identificar a naciones cuyos gobiernos no garantizan los servicios pùblicos màs elementales. Aunque se antojarìa pensar que estamos lejos de caer en una situaciòn comparable a Sudàn, por citar un ejemplo extremo, sì se han prendido focos rojos que alertan de un deterioro grave de la situaciòn que guarda Mèxico en varias esferas.

Entonces, no es exageraciòn alguna afirmar que el gobierno mexicano tiene su propia versiòn de los "ninis": ni entienden la problemàtica nacional, ni resuelven nada.

Octubre 28, 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

¿TERRORISMO EN MEXICO?

Rafael Isàs

Nuevamente, y ahora con màs insistencia, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, ha externado su preocupaciòn por las formas que ha adoptado la violencia en Mèxico y ha declarado, palabras màs, palabras menos, que "hay indicios de que el narcotràfico se està constituyendo en una amenaza terrorista e insurgente, y que su gobierno està dispuesto a ayudar al Estado mexicano".

Leyendo entre lìneas, presuntamente la ayuda tomarìa la forma de venta de armas, asesoramiento y entrenamiento militar y, ¿por què no?, en un momento dado en el envìo de tropas para estacionarlas en bases dispuestas en zonas claves del paìs. Colombia viene a ser el modelo a seguir.

Pero ese clase de declaraciones no paran ahì. El Centro Para la Nueva Seguridad Americana (CNAS), con sede en Washington, recientemente diò a conocer un trabajo realizado por el coronel retirado Robert Killebrew y por la investigadora Jeniffer Bernal donde los autores señalan que "...las redes de narcotraficantes no constituyen solamente un problema criminal, sino que està evolucionando en una nueva forma de insurgencia criminal. La escala de violencia alcanzada de estos grupos amenazan a gobiernos y sociedades civiles en el hemisferio occidental y, crecientemente, a los Estados Unidos mismos." (ver:
http://www.cnas.org/node/5034)

Bajo ese contexto las voces de advertencia van subiendo de tono y van difundiendo una nueva conceptualizaciòn del problema que viene azotando a nuestro paìs en los ùltimos años. Obviamente que estas declaraciones encuentran eco en los medios de comunicaciòn convencionales, con la finalidad de ir moldeando a la opiniòn pùblica, en el sentido de que una futura intervenciòn indirecta, o directa, de las fuerzas armadas norteamericanas se vuelva "deseable y necesaria", pues se estarìa atentando contra la seguridad de los Estados Unidos.

Podrìamos decir con seguridad, entonces, que la militarizaciòn de Mèxico va en marcha y que nuestro gobierno va cediendo ante tales presiones.

Es oportuno recordar la tesis que la economista y periodista canadiense Naomi Klein desarrollò en su cèlebre libro La Doctrina del Shock: valerse de la desorientaciòn general, despuès de haberse producido conmociones colectivas - guerras, ataques terroristas o desastres naturales -, para impulsar medidas antipopulares como terapias de shock. La autora muestra còmo el uso deliberado de la doctrina del shock produjo eventos que cambiaron el rumbo de muchas naciones, desde el golpe de estado de Pinochet en Chile, la masacre de la plaza Tiananmen, hasta el colapso de la Uniòn Soviètica, y las tècnicas de chantaje llevadas a cabo por el Fondo Monetario Internacional para imponer el molde de capitalismo del desastre alrededor del mundo.

Parece que la vìa hacia la militarizaciòn creciente de Mèxico guarda ciertas similitudes con las tesis esgrimidas por Klein, ya que resulta incongruente que Estados Unidos impulse el armamentismo creciente en Mèxico, cuando en su mismo territorio no hace gran cosa para impedir el avance del ya masivo mercado de narcòticos dentro de su propio territorio.

A todo esto surgen las inevitables interrogantes acerca de què busca en el fondo la polìtica exterior de los Estados Unidos hacia Mèxico. Se antojan varias respuestas: la lucrativa venta de equipo y servicios bèlicos, que cobra relevancia ante la ya anunciada retirada de Irak; el aseguramiento preferencial de energèticos y materias primas estratègicos, sobre todo cuando el mercado internacional de crudo se acerca a su pico de producciòn històrica; el control o, en su caso, eliminaciòn de fuerzas polìticas independientes del camino que los Estados Unidos consideran conveniente para sus intereses, Colombia tambièn es un caso ilustrativo al respecto; y la eventual constituciòn de la naciòn mexicana como fuerza disuasoria sobre gobiernos centroamericanos que tambièn se salgan de cierta polìtica continental trazada desde Washington.

Lo alarmante del caso es que las intenciones norteamericanas no buscan precisamente la erradicaciòn del problema del narcotràfico, pues desdeñan por completo causas econòmicas y sociales inherentes a un modelo econòmico impuesto desde fuera, que ha generado el desarrollo desigual y el descontento generalizado.

La naciòn mexicana, y el continente entero deben de estar altertas sobre estos nuevos desplazamientos que manifiesta la polìtica exterior de los Estados Unidos. Nuestras aspiraciones hacia el futuro se estàn viendo comprometidas ante tal amenaza.










lunes, 11 de octubre de 2010

Narcotràfico, monstruo de mil cabezas

El problema del narcotràfico ha degenerado en un clima de violencia e inseguridad que no tiene precedentes en nuestro país y, al respecto, han surgido varias interpretaciones al problema, que van desde el simplismo de reducirlo a un problema de maleantes bien organizados contra las fuerzas del orden, hasta otras que abordan cuestiones de geopolítica mundial. El fenómeno, complejo en toda su naturaleza, obliga a realizar ejercicios de análisis cada vez màs cuidadosos que tomen en cuenta los diferentes vasos comunicantes que forman la integridad de todo sistema.

Si ubicamos al tràfico de estupefacientes en un marco histórico, la primera pregunta que nos haríamos sería por què aparece de lleno durante la década de los 60’s, si sustancias como la marihuana, el opio o la heroína existìan mucho tiempo atrás.

Circuitos de la droga funcionaban activamente en el pasado, como el cìrculo de la media luna, el triangulo de oro, y otros màs.

Detenièndonos a analizar lo que sucedió en esa década vemos que aparecen de lleno nuevas formas de expresión musical provenientes de Inglaterra y que tienen eco en toda Europa y en el continente americano.

El fenómeno de los Beatles, y de otros grupos destacados, no sòlo tiene su manifestación rítmica, sino el mensaje de protesta, de rebelión, de expresión verbal que difunde una nueva manera de ver las cosas y de rechazar formas establecidas que, ante el empuje de las nuevas generaciones, ya no tiene cabida en un mundo desigual y en las aspiraciones juveniles en pos de un mayor énfasis en las cuestiones humanísticas. Los jóvenes se sienten atraídos por las lecturas de Sartre, Camus, Marcuse, Fromm y otros pensadores.

Luego, y como consecuencia lógica de un despertar de expectativas, que el sistema establecido no logra cumplir, empiezan a proliferar los movimientos estudiantiles, cada vez màs activos, màs combativos y màs decididos. Amplios sectores populares se sienten animados en participar en esas marchas, que rápidamente van ganando fuerza.

El sistema resiente la avalancha que viene y reacciona. La Universidad de Kent en Ohio, Estados Unidos, la ciudad de Praga, y Tlaltelolco se hermanan ante la represión brutal.

Sin embargo, los movimientos a favor de la paz y los derechos civiles logran avances significativos. El rechazo a la guerra de Vietnam adquiere apoyos masivos en todo el mundo, a la vez que Martin Luther King Jr. moviliza a la población negra para lograr avances que se antojaban imposibles unos cuantos años atrás.

Se organizan conciertos a favor de la paz. Uno notable, Woodstock en Estados Unidos se vuelve memorable, pero también va de la mano con evidencias de una drogadicción que avanza a pasos agigantados. En Mèxico tuvimos nuestra propia versión con aquel concierto legendario en Avàndaro. Nuevamente, los escándalos con las drogas ensombrecen el espíritu humanista detrás de estos actos de la contracultura.

Las drogas, como todo negocio, requiere de la concurrencia de dos fuerzas: la demanda y la oferta. El mercado objetivo fue trazado con cuidado: la juventud.

Habrìa que debilitarla, embrutecerla, confundirla, hacerle caer en la trampa del hedonismo, hacer que desertara de la peligrosa lucha social despertadora de conciencias, para caer en lo burdo, en el desprestigio, en la llamada “pèrdida de valores”, con la cual la sociedad conservadora etiquetò toda futura lucha reivindicadora.

Pero, ¿y quièn jugarìa en la parte ofertista? Se señalaban entonces a bandas fuera de ley y se les ubicò en lugares apartados. Colombia fue uno de ellos, con la legendaria figura de Pablo Escobar y algunos casos aislados en Mèxico, notablemente en Sinaloa y Guerrero.

Estos hechos coinciden en la parte económica con las épocas de estancamiento económico de años 70’s. El modelo proteccionista, el estado de bienestar, el del desarrollo estabilizador y de la sustitución de importaciones mostraba signos de agotamiento, y para el capital, la tendencia de la tasa de ganancia, punto clave para su expansión, sufrìo franca decaída.

Lo que mantuvo a la economía norteamericana avanzando fue el cada vez màs notorio énfasis hacia el armamentismo. La industria bèlica ofreció una salida hacia la capacidad sobrante que se manifestaba en la economía. El capital busca maximizar sus ganancias y què mejor oportunidad ofrecía la confrontación con el bloque soviético. La guerra fría fue un motor económico de grandes dimensiones.

Mientras tanto, el narcotráfico amasaba inmensos volúmenes de recursos y surge otro cuestionamiento, ante un marco de estancamiento ¿no ofrecía el comercio de estupefacientes una gran oportunidad para el capital, al igual que la fabricación y comercio de armas?

Vienen los 80’s y con ello cobran popularidad las ideas neoliberales de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Milton Friedman, patrocinadas y difundidas por Ronald Reagan y Margaret Thatcher. A los países subdesarrollados y víctimas del endeudamiento se les aplican con rigor las recetas del Consenso de Washington, que entre otras cosas obligaba a una desregulación ampliada de la economía, notoriamente del sector financiero.

Aquellas fueron magnìficas noticias para el libre movimiento de capitales, que en el caso del narcotráfico es vital para el proceso de lavado monetario y, por què no, también para financiar los formidables déficits que año con año se acumulaban en la balanza de pagos norteamericana.

Ante la explosión de los medios de comunicación y la liberación de los mercados, surge la oleada mundial del individualismo, el materialismo y el consumismo, hoy màs que nunca cobra importancia vivir el momento y la droga ofrece ese ingrediente de bienestar momentáneo. Pero, para la masa de jóvenes que no pudieron tener acceso a planteles educativos, la salida fue el desempleo, aunque también la posibilidad abierta de convertirse en pequeños proveedores de la mercancìa prohibida, que les ofrecía ingresos jamàs soñados, dada su condición social.

En Nicaragua se da la revolución sandinista, ante ello los Estados Unidos buscan fortalecer a las fuerzas opositoras de los contras, mediante el envìo de armas. Para concertar la operaciòn intervinieron la CIA, las ventas de equipo bèlico a Iràn, y el tràfico de drogas.

Surgen los movimientos guerrilleros en Colombia, a través de las FARC y, para combatirlos, que mejor señuelo que “asistir” a Colombia en sus esfuerzos para erradicar el narcotráfico. Asì, el gobierno de los Estados Unidos se encarga de dotar de armamento al ejército de esa nación sudamericana. El resultado: la autèntica oposición popular es prácticamente aplastada, mediante el asesinato y desapariciòn de màs de 4,000 activistas, mientras tanto, el narcotráfico siguiò prosperando.

Hoy por hoy, Colombia se alza en Sudamèrica como una fortaleza militar represora y también como amenaza permanente al gobierno de Hugo Chàvez, mediante la instalación de siete bases militares, supuestamente para combatir a los narcotraficantes, pero en realidad està en la mira las importantes reservas petroleras de Venezuela, asì como derrocar a las aspiraciones de igualdad social contenidas en la revolución bolivariana.

Mientras tanto, en Mèxico, uno de los pupilos màs aplicados en la adopción de políticas neoliberales, surgen de lleno càrteles importantes de la droga, los cuales no sòlo se disputan las rutas de abasto hacia el lucrativo mercado estadounidense, sino también los florecientes mercados de las principales ciudades del país. Pero, hasta entonces, la operación de estas redes había sido tolerada, sin grandes aspavientos, hasta la llegada de Calderòn al poder.

La nueva estrategia gubernamental fue la de enfrentar a los càrteles mediante el uso de la fuerza, pero en realidad lo que se provocò fue abrir la caja de Pandora, pues a partir de entonces la violencia se generalizò hasta llegar a cobrar la vida de 30,000 personas, sin que a la fecha se muestre el éxito de esa lucha, y mucho menos, que el negocio ilícito de las drogas refleje disminución notoria.

El problema se manifiesta mediante varios aspectos. Primero, un mercado norteamericano extenso y muy lucrativo, sin que los Estados Unidos hagan esfuerzos abiertos para frenar la demanda creciente de estupefacientes. Al contrario, la expansión de ese mercado permite a esa nación beneficiarse por los montos multimillonarios que genera, al captarlos mediante su desregulado sector financiero, por otro lado, mucho de ese caudal de recursos se destina a la venta de armas, que como veìamos, es una salida importante para el capital hambriento de ganancias.


En segundo plano, el surgimiento de la violencia da a los mismos Estados Unidos argumentos para equipar con armamento al ejército y policía federal de Mèxico en su campaña para erradicar a estas bandas organizadas, sin que a la fecha se muestren resultados positivos de esa lucha.

La existencia de acuerdos de tipo militar para enfrentar al enemigo – que ya no es el terrorismo, sino el narcotráfico organizado – permite la oportunidad de penetrar màs en la región, sobre todo cuando Mèxico posee importantes reservas de petróleo, energético que ya se aproxima a su tope de producción mundial y donde su control planetario hoy màs que nunca se convierte en un punto vital de estrategia geoeconómica.

Y, en tercer plano, la posibilidad de futuras fuerzas de oposición se verán amenazadas precisamente por esa fuerza militar que aplastarà cualquier intento serio de retar a los intereses oligárquicos, con el pretexto de combatir grupos de sicarios.

Mientras tanto, la juventud sigue maniatada con la facilidad de obtener estupefacientes, los recortes crecientes a los planteles de educación pública, favoreciendo el auge de instituciones privadas que propugnan programas educativos instrumentales, màs que de índole crìtica, y los brotes de protesta estudiantiles aparecen como desvinculados de sindicatos cada vez màs debilitados y maniatados por la aplicación de medidas flexibles de ìndole laboral por parte de las empresas.

Para combatir al narcotráfico se requiere toda una serie de medidas preventivas que ataquen el problema de raíz: oportunidades educativas y laborales para la juventud; incrementos importantes en infraestructura social y educativa; campañas orientadoras acerca de los peligros del consumo de estupefacientes, no nada màs en escuelas, sino también en los medios masivos de comunicación; tèrmino al monopolio televisivo, ya que las cadenas actuales favorecen la exhibición de programas y videos donde abundan hechos delictivos; acoso fiscal a inversiones de origen sospechoso y todo tipo de medidas pràcticas que impidan el lavado de dinero; reforzamiento de vigilancia en fronteras y puertos para impedir la entrada de armas al país; limpieza en cuerpos policiacos, juzgados y ministerios públicos y, finalmente, la participación activa de la población en las decisiones que màs le afectan, como todo principio democrático.

Sin embargo, adoptar lo anterior se estaría combatiendo una de las salidas màs lucrativas del capital para lograr su reproducción y acumulación, cuestión que las clases en el poder no están muy de acuerdo en llevar a cabo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Hacia un Mèxico Democràtico

Rafael Isàs R.

Democracia es el poder de la gente. Posibilidad de cambio y transformaciones que tienen sentido. Es la esencia de la convivencia social y un ideal que desde siempre se ha perseguido. Alcanzar el estado de justicia anhelado ha sido motivo de luchas milenarias, pero que aùn sigue vigente.

Hoy la democracia sigue siendo una quimera, inconcebiblemente no es una realidad. Las formas imperantes de gobernar distan mucho de aquellas que pensò la Grecia antigua y tambièn la de aquellas propuestas de quienes fundaron nuestra naciòn.

La democracia en Mèxico es un ideal no realizado y la fachada que presenta es como la de nuestras zonas arqueològicas, una ruina. Ese ideal permanece malherido, agonizante, humillado por la corrupciòn de polìticos, masacrada por la violencia, relegada por la apatìa ciudadana y desvirtuada por los medios informativos.

Vivimos en una naciòn donde el nombre de la democracia se usa para montar un circo en cada perìodo electoral, ahogada en toneladas de despensas, playeras, gorras, sombrillas, llaveros y demàs objetos, que usados como espejitos sirven para acarrear grupos y comprar conciencias.

En nuestro Mèxico la sociedad llega a las urnas desfalleciendo, llena de sospechas y desconfianzas, temerosa por la violencia, presionada por un règimen autoritario, confundida entre spots y anuncios que difunden frases huecas sin sustento y que ejerce el voto porque hay que hacerlo, pero a sabiendas que todo serà inùtil.

La prensa ya està lista para declarar el triunfo de algùn contendiente, el àrbitro atado de manos, con guiòn preparado, y asì queda montado el escenario, mancillando la dignidad de los ciudadanos, burlàndose del ideal democràtico.

Sin embargo, el règimen no logra ocultar del todo la intenciòn de los votantes, la voz de protesta, la pugna de los inconformes. Esas voces se dejan oìr en el mar de conformismo, la democracia aùn tiene energìa para reclamar y exigir un alto en el camino. No màs abusos, no màs robo, no màs mentiras, no màs simulaciòn, no màs violencia, no màs pobreza.

Los ciudadanos son los ùnicos que tienen el arma capaz de vencer cualquier batalla. Alzando la voz reclamando lo que es suyo, defendiendo esa voluntad de cambio, señalando con el dedo a quienes se oponen y que pretenden silenciarlo.

Votar no es suficiente para nombrarse ciudadano, pues es apenas el acto màs elemental de una democracia, es tan sòlo el inicio de un proceso donde se tiene que participar en todo momento. Cuidar del voto como se cuida la propiedad de los bienes familiares y exigir el cumplimiento de la voluntad popular.

La democracia vive en la voz alzada de cada habitante que conforma al Estado, en los pies de los manifestantes, en cada exigencia hecha pùblica, y no en las resoluciones de un tribunal maniatado.

Los polìticos encumbrados son pocos, de hecho no son nada, pero estàn ahì porque les dimos la oportunidad de llegar a esos puestos. Se olvida que ellos estàn para servirnos y que podemos quitarlos cuando no cumplan nuestras decisiones, asì como se remueve a un empleado que falla en alcanzar los objetivos trazados, entonces ¿por què tenerles miedo? ¿no deberìan ser ellos los temerosos?

La democracia se asfixia con el miedo, asì como los ciudadanos se asfixian con tanta propaganda chatarra. Sòlo es cuestiòn de apagar el televisor y salir a calle llevando nuestra voluntad por delante y demandar lo que nos conviene, lo que realmente anhelamos y que le hemos dado la categorìa de bienestar.

La dictadura se presenta acorazada porque con sangre ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque con la palabra ha de convencer.

2 de octubre, 2010 (jamàs se olvida)